15 diciembre 2010

Mis hojas ya casi marchitas y mis frutos completamente podridos,
por el descuido de mi visión.
Enredada entre espinas de ilusión
sobre creados por un ser.
La ausencia de mi,
me llevo al abismo de mi enfermedad.
Hoy, casi muerta,
había perdido el control de la situación.
El rompimiento de mis ramas
recreo la reencarnación.
Y ahora, hermana Viento
¡Acaricia mis cicatrices!, llévate mi aliento.
Sol, padre
alimentame con tanta energía de esperanza
para estas sombras menospreciadas.
Alivia, madre
mis dulces penas y recuerdos amargos
¡Vuélveme a la vida!
Quiero volver a creer en mis raíces~

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